Muchos son los recuerdos a lo largo de los 111 años de vida del Club Atlético Trebolense y de sus asociados. Desde mi temprana infancia hasta el presente siempre tuve contacto con el club realizando distintas actividades, es por eso que transitan por mi mente muchos pasajes de mi vida en esas instalaciones.

Un recuerdo que se presenta siendo yo muy niña, es estar saliendo de un espectáculo que había finalizado en brazos de mi papá en la Pista Jardín, un señor se acercó a mi papá ,me tomó en sus brazos y le dijo : “ que niña tan simpática es su hija”, luego me dio un beso en la mejilla y siguió caminando entre el público que se retiraba, algunos se habían parado junto a nosotros y aplaudían, con el tiempo supe que ese señor era Alberto Castillo y que había actuado esa noche, entonces comprendí porque la gente se había parado, aplaudido y la sorpresa de mis padres. Ése es uno de los tantos espectáculos y bailes a los que asistí tanto en la Pista Jardín como en el salón, actual Teatro Cervantes.

El tiempo de mi infancia siguió transcurriendo, era costumbre de mi familia junto a otras de sus grupo de amistades ir a almorzar los domingos en el entonces Rincón Criollo, que se encontraba en la esquina de la calles Candiotti y Corrientes, el mismo constaba de una parte cerrada y otra tipo quincho abierta, mientras los padres preparaban el asado, la mujeres las ensaladas, lo chicos jugábamos en el parque que había en ese lugar ya que contaba con muchos juegos que luego fueron trasladados al actual lugar. Los juegos eran los tradicionales de esa época, la escondida, la liebre, la popa, tirarse por el tobogán , el sube y baja, o hamacarse, eran momentos de mucha alegría y diversión aunque no faltaban las peleas , algo muy común entre los chicos. Por la tarde si había partido de football íbamos todos a la cancha a formar la gran hinchada del equipo.

Los deportes para las mujeres no eran común en ese momento especialmente para las adolescentes, afortunadamente después de unos años de haber sido inaugurada la pileta de natación comenzaron los torneos cuyo mentor fue el Dr. Fernando Degano, el Club Trebolense tenía un buen equipo del cual yo formaba parte. Practicábamos todos los días, primero nadando la cantidad de piletas necesarias perfeccionando el estilo y al atardecer la toma de velocidad , después nos quedábamos jugando hasta que el encargado del control, Don Gino Daniele, nos tenía que sacar con amenazas Estos torneos muy competitivos principalmente contra el club Almafuerte de la ciudad de Las Rosas también eran todo un evento social ya que al finalizar los mismos compartíamos una comida y las diferencias de competencia quedaban atrás, la amistad era más importante y esto nos permitía disfrutar de una pequeña fiesta, tenemos que recordar que por aquellos años las fiestas y los bailes no eran tan frecuentes. Al cumplir los 100 años del club durante un homenaje que realizaron a ese equipo, nos reencontramos varios nadadores lo que nos permitió compartir por unas horas charlas , recuerdos y anécdotas.

La niñez y adolescencia finalizaron dando paso a la adultez, durante ese período incursioné en el tenis, también en el paddle, pero el que finalmente me atrapó fue golf, el cual continúo practicando en la actualidad. Fui partícipe del grupo de socios que intervino en la compra del predio perteneciente es ese momento al Sr. Constante Depetris durante la presidencia del Sr. Roberto Aimone en el año 2001. En sus comienzos fueron momentos muy difíciles donde no solo tuvimos que hacernos cargos del mantenimiento del campo, las maquinarias, la organización de torneos sino también capacitarnos en todo lo relacionado a este deporte, sin mencionar la ardua tarea de la captación de nuevos socios, ya que al principio la gente consideraba a golf como un deporte de élite pero con el transcurrir de los años esa idea fue desapareciendo , en la actualidad cuenta con tal cantidad de socios que lo posiciona como la segunda disciplina del club . Durante todos estos años he participado de innumerables torneos , copa challenger, campeón del club , torneos regionales, ganando en algunos perdiendo en otros pero lo que más rescato es la cantidad de amigos que logré durante todo este período. Se que los deportes que me acompañarán hasta que pueda practicarlos serán golf y natación.

Hay un viejo dicho popular que afirma que todo tiempo pasado fue mejor; sin embargo, estoy convencida que todos los tiempos tienen su magia , y Trebolense le da un poco de esa magia atemporal de su existencia a cada deportista, a cada socio, a cada miembro de las diferentes comisiones, a cada empleado, a cada padre o madre , en definitiva a cada familia, porque después de pensarlo mucho, me he dado cuenta, a través de estos recuerdos que plasmé , que Trebolense es el de la punta de boulevar, el del coloso , el de la celeste y blanca, pero para mí , además, es y será siempre FAMILIA.

por Norma Bosioda de Cañada Rosquín